domingo, 7 de febrero de 2016

Vínculos, cognición en Re




Los Modelos que nos modelan


Es interesante notar como los modelos para la interpretación de la realidad, nos ayudan , pero también pueden llevarnos por caminos muy divertidos. Algunas metodologías de entrenamiento animal intentando apoyarse en el modelo científico se llenan de los modismos de cada período: el modelo mecanicista, el modelo jerárquico - como cuando se populariza el concepto del pecking order -, incluso la navaja de Ockham, fueron conceptos y herramientas orientativas muy valiosas y útiles, pero a la luz de las nuevas concepciones están impidiendo, muchas veces, nuestro acceso a la compresión.
Los modismos ( incluso en el ámbito científico) y tendencias a aceptar como reales a algunos modelos más que a otros -como antes el modelo de Ptolomeo al de Copérnico y así sucesivamente - son a veces el fruto de nuestras limitaciones y miedos, aunque también la prueba de nuestra búsqueda y necesidad de compresión.
El amor y el chocolate producen la misma sensación, ¿ son por eso lo mismo ?

Pero ¿qué quiero decir? Que aun hoy, por ejemplo, reconociendo las emociones animales e incluidas en este grupo las humanas, caemos en los viejo hábitos. Posiblemente el especialista en química molecular puede sentarse junto a su hija y “desilusionarse” al interpretar el amor de la niña como una serie de reacciones químicas o secreciones hormonales y no como una emoción “nacida del corazón”. ( y en todo caso siempre me he preguntado ¿ es la emoción la que pone al cuerpo a producir químicos o son los químicos los que producen la emoción ? )
¿Dónde nos situamos cuando vemos los procesos de interacción del individuo con su entorno, como un vasto sistema de diferentes tipos de condicionamiento o adquisición de reflejos ? ¿Estamos con ello ampliando o estrechando nuestra comprensión de nosotros y otros animales?

Vínculos

Como intenté explicar en mi artículo anterior, ¿qué pasa cuando esto se populariza y todo queda reducido a “diez elementos”de interpretación mecanicista?
Cuando hablo de vínculo, de respeto, de afecto no debo reducir y rebajar todo vinculo a interacciones signadas por cuatro elementos, o a esa terminología conductista. Yo me niego, no puedo hacer eso. Ese razonamiento, hablar desde ese reduccionismo, ese relajo de las relaciones a meras reacciones químicas, fisiológicas o mecánicas no me ayudan a conectarme con el caballo
Es cierto que abogo por el conocimiento científico necesario, para la comprensión detallada de las sensaciones del caballo. Cuando en la Escuela decimos “el caballo es un ciencia exacta”, ”cuando hago lo que hago , ¿ qué siente él ?, o me refiero al caballo como “un ser muy fisiológico”, no estoy reduciendo mi propuesta a que sepan solamente eso. Estoy tratando de decirles, “ ¡ no se olviden de esto !!”, por que esto obviamente les va a dar una perspectiva sobre qué esta sintiendo el caballo. Para que no anden con fantasías de que le estoy haciendo bien, cuando en realidad (con mi proceder) le estoy rompiendo la boca o torturando, o lo estoy presionando, o lo estoy manipulando como hacen todos. No estoy hablando de otra cosa, simplemente intento poner la lupa sobre eso para quede al descubierto. Cuando hablo de vínculo, de amistad, de afecto, de respeto, de mirar al caballo y amar su esencia, como dice Alexander, estamos hablando de otra cosa. Estamos hablando de una riqueza, de un universo ( como dije en ese articulo “el universo de las relaciones”) puesto que es eso, un ”Universo” que incluye las sensaciones psicofisicas del caballos y el respeto a ellas, no son cuatro elementos, cuatro elementos no son un universo.
Las relaciones afectivas humanas no se reducen a comer juntos, tener sexo, y a lo que podemos obtener del uso del otro y su fuerza física, habilidad o destreza. Es importante que no caigamos en ese análisis de las “domas bobas”, de lógicas empobrecidas y consonantes con lo mecanicista, el modelo de piezas mecánicas que funcionan como un engranaje.

Los “cognitivos”, ¿Hay una nueva propuesta ?

Respecto de las relaciones vinculares y el tema de las metodologías de enseñanza o relación en el ambiente ecuestre, y el de la etología equina aplicada la propuesta es siempre más o menos lo mismo. Salvo alguna que otra excepción (que en realidad no pasa más allá de incorporar términos más específicos como cognición, aprendizaje o instrumentos musicales y juegos), se escucha hablar en todos lados del mismo acercamiento con la misma finalidad vincular. Condicionamiento, reforzamientos, premios, más castigos, menos castigo, klicker, lo que sea …Todo es igual, por más romanticismo que le pongamos, si en la práctica todo se reduce a cuando y cómo la montamos.
El vínculo empobrecido con los caballos, es el vínculo basado en el uso : yo te subo, te uso , sin importar o preguntame qué pensás, sentís o experimentás. Pero, el utilitarismo no es patrimonio de las viejas metodologías ecuestres, ya que alternativamente puedo hacer lo mismo a través de metodologías nuevas y diferentes, más conductuales, más “naturales”, más gentiles pero cuyo fin último es llegar a lo mismo. El cambio sería, como dice Alexander, reconocer que el caballo no es un medio de transporte sino un ser vivo con sentimiento y voluntad propia.

Como decía anteriormente, el estudio, el conocimiento, la información pueden sobrar sin la comprensión adecuada. Hay un dicho en el zen, se dice “ confundir la luna con el dedo que la señala”
Últimamente he escuchado varias veces la frase “la información no nos “dice” nada” “ la información carece de sentido” lo que podemos ver es el sentido de las relaciones, eso es lo que literalmente podemos ver." La información puede ser una realidad física pero no es una realidad perceptual porque carece de sentido hasta que no la relacionamos y damos significados. Les he dicho también que comprender de alguna manera, es aprender sobre las relaciones.

Pero por otro lado, ¿ qué es reconocimiento ?
El reconocimiento no es lo mismo que el conocimiento, el simple estar informado, ese " ¿sabias que los caballos...? ".
He observado algo muy curioso, puedo tener estudio detallado de su comportamiento, hábitos, capacidades cognitivas y muchos años de trato con los caballos, y continuar, no sólo montando despreocupadamente sino, por ejemplo , ¡ montando con riendas ! ¿Es que pueden estas sogas ser medios de reconocimiento de la libertad y voluntad individual del caballo ?

Más preguntas

¿De que nos sirve aprender del caballo y verlo como realmente es, si el lugar (o la función)que vamos a asignarle es el mismo, ?
Tenemos la idea de que saber que otro ser tiene sentimientos o cognición nos hará tratarlo mejor o mas humanamente. ¿Porqué ? ¿Es esa la clave? De ser así nunca vamos a tratar bien a la especies con capacidades cognitivas menores o a los “infradotados”. Será por eso que desde la aparición de los conceptos como educación e infancia tratamos a los niños como si no tuvieran gustos personales, dignidad, o conocimiento sobre lo que quieren o es bueno para ellos. Como si no tuvieran voz1

En el fondo estamos hablando de relaciones vinculares desprovistas de arrogarnos derechos de posesión o control, es lo que decía en El silencio de los caballos. Pensamos el caballo como una posesión, y posesión significa control, algo para manejar a nuestro antojo. Pero, ¿qué pasaría entonces si viéramos a un animal como el caballo como “otro”, como un individuo? Cuando reconocemos al caballo como “otro” la Relación es más posible que la Posesión. La relación como acto transitorio, el encuentro de dos voluntades, dos expresividades, dos mundos. Esto es mucho más maravilloso y rico. ¿No es eso lo que tanto nos admira? El caballo cuando se expresa como es: veloz, poderoso, majestuoso, libre... ¿no es ese el mundo en el cual queremos sumergirnos, cuando nos acercamos a él, llenos de amor y admiración?

Creo que la clave esta en el reconocimiento y el respeto del otro, cuando Don Vincenzo Giobbe dice “...y le susurré al caballo: No confíes en el hombre en cuyos ojos no puedas verte reflejado como un igual ", no está hablando de semejanzas o diferencias cognitivas, de poseer o no sentimientos, de afinidades, sino mas bien del “derecho de la otredad” y es allí donde está la maravilla.

Y es que las nociones necesarias para la descripción del mundo (...) permanecerán vacías e inaplicables, si el “Otro” no estuviera ahí, expresando mundos posibles”. Gilles Deleuzze




1 Etimológicamente, Infancia significa al parecer “sin voz”

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